Me apasiona la lectura. Disfruto leyendo comedias románticas. También me aterrorizan esas historias que suelen ser una mezcla de suspenso, misterio y una que otra muerte. Pocas veces me deleito con el drama, esos libros que te hacen llorar y amar a un personaje de ficción hasta el punto en que deseas exista en realidad.
La lectura no siempre es buena, hay infinidades de novelas negras que si no tienes una personalidad fuerte, pueden llegar a corromper tu mente. Siempre que termino un libro digo que ése es el mejor que he leído; he tenido suerte, no me he encontrado con malas historias.
He leído tantos libros que no sé cual es mi favorito. Pero hay algo que no he leído y muero por hacerlo. Me gustaria poder leer tu risa; si; esa que colocas en tu rostro al verme. Disfrutaría leyendo tu mirada; dicen que los ojos son el reflejo del alma. No sabes cuanto me gustaría leer tu alma y ver en ella cuanto me amas. Me alegraría leyendo tu piel, me gustaría saber como reacciona ante mi tacto, si se enfría o se calienta, si se eriza o si no siente nada. Tu corazón, como me gustaría poder leer tu corazón; el verdadero, no ese corazón que suelen dibujar que simboliza sentimientos. El corazón que quiero leer es ese que se acelera cuando mi respiración se acerca a la tuya. Tus labios son una historia completamente diferente, no tienes idea de cuanto me gustaría leerlos, me conformaría con sólo rozarlos con la punta de mis dedos.
Cariño, ¿te preguntas por qué quiero leer tu cuerpo?. Simple. Porque odio leer tus palabras, esas que me dicen que me aleje por tu bien y el mío. Pero lo sé, lo sé porque tu rostro te delata. Tu cuerpo, tus expresiones no suelen estar de acuerdo con tus decisiones. Sé cuando te veo en la distancia que a ti también te gustaría leerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario